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sábado, 30 de junio de 2018

"Annapolis es Fuerte"

Annapolis es la ciudad en la que vivo hace casi 14 años, Arnold para ser exactos, que es una ciudad suburbio en el condado de Anne Arundel donde Annapolis es la capital de éste y también de todo el estado de Maryland que queda al Norte-Este de USA, a unas 4 horas al sur de New York y a 1 hora al norte aproximadamente de Washington DC, ya nos ubicamos? Perfecto. 
Me mudé aquí por Renato mi esposo (Yo vivía en DC cuando era soltera), éramos aún solo enamorados en aquel entonces y aunque un año nos mudamos a California, regresamos a Annapolis para ya quedarnos aquí y empezar  nuestra familia.
Al principio no quería saber nada de ciudades pequeñas, quería vivir dentro de la bulla y el ruido de ciudades grandes como Washington o los Angeles a las que estaba acostumbrada, pero cada vez que recorría Annapolis y veía el mar no podía negar que "algo" me atraía de esta ciudad.
A regañadientes me quedé y terminé enamorándome de ella...
Aquí aprendí a manejar y compré mi primer carro, el servicio de transporte público es muy escaso y si no manejas no te mueves, aquí aprendí de los venados y de como ellos aveces se cruzan en las carreteras, pero como la gente los esquiva y tratan de no herirlos,  aquí aprendí del mar atlántico calmado y a veces frío, aquí aprendí del pastel de cangrejo y de todas las comidas relacionadas al cangrejo, (nuestra mascota oficial), aquí aprendí del Lacrosse, que es un deporte antiguo típico de ésta zona, el cual los mismos indios americanos jugaban, en Annapolis me comprometí y me casé; justamente en la corte del centro de la ciudad, aquí di a  luz a mis hijas, en el hospital de Annapolis, aquí bautizamos a Sophia en una iglesia local, aquí he trabajado en muchos diferentes lugares, aquí he pasado mis veranos amando el agua de nuestra querida bahía de Chesapeake. 
Somos una península hermosa y bien cuidada, aquí he pasado mis inviernos más crudos; como cuando nos tocó vivir el tornado Jonas en el 2016, aquí he visto lo linda que es la primavera y el ver nacer conejitos y florecer las hojas de los árboles desde que son palitos secos... aquí he visto los otoño más coloridos de mi vida.
Aquí mis hijas van al colegio y yo a la universidad, Annapolis de los cangrejos y de los marinos, Annapolis de los barcos y los muelles, Annapolis de las playitas pequeñas y del sol radiante, Annapolis de los amantes de los animales y la naturaleza.
Pero lo que más ha robado de mi corazón Annapolis es la calidad de gente que viven aquí, nací en una ciudad de personas buena y amable y vine a vivir a una ciudad de la misma calidad de gente; respetuosa, cálida, amigable, de mente abierta y amorosa, aquí he conocido a amigas fieles, cariñosas y amables y de tantas nacionalidades, que en cada reunión y foto parece que estuviéramos en un convenio de países, cada una aportando lo suyo con cariño y respeto por las demás.. Cuando mi familia me ha visitado desde Perú se asombran y sonríen por cómo la gente de nuestra ciudad se "pelean" para cederte el paso cuando manejas, de cómo todos te saludan: "Buenos días, buenas tardes y buenas noches" en todo lado, de lo limpias que se ven las calles, de la baja taza de violencia, de lo seguro que se ve nuestro vecindario donde mis niñas, como en los años antiguos, pueden jugar afuera y montar su bicicleta y triciclos sin temor ya que felizmente ningún auto pasara a velocidad exagerada, en donde mis vecinos se preocupan porque nuestro pasto esté bien cortado y que la basura pase puntualmente. 
Annapolis se robó mi corazón por completo y estoy triste porque un “loco”, un "monstruo", un "enfermo" vino de otro lugar a atentar con la vida de nuestros queridos y respetados periodistas locales, por haber cumplido con su labor de reportar un incidente del 2009 cuando éste enfermó fue juzgado como acosador, éste individuo odió a nuestro periódico y planeó oscuramente acabar con la vida de los periodistas que trabajaban en él. Casi 10 años después tomó sus asquerosas armas y entró al edificio del periódico y disparó cobardemente contra tanta gente inocente matando a 5 e hiriendo a 20 mas... 
Mi adorado pueblo de annapolis se quedó paralizado, yo salía de la piscina con mis hijas y el escándalo de la sirena de los carros policías (cosa que no es muy común ver aquí) nos llamaba la atención, minutos después mi jefe manda un comunicado a avisar que no abriremos el gimnasio porque había ocurrido “una situación”. Qué situación? Pensé... 
Un minuto después mi Facebook se llenaba de la horrenda noticia, a una cuadra de mi trabajo, donde una oficina del Capitol Gazette opera, éste animal había cometido su asquerosa hazaña... 
No lo podíamos creer... toda la ciudad estaba en shock, yo terminé de almorzar y me fui a casa con mis hijas, el caos, el tráfico y la penuria nos embarcaba a todos los que nos tratábamos de comunicar con amigos y familiares para asegurarnos que éstos se encontraban bien... muchos estábamos lejos del lugar y otros lamentablemente estaban ya llorando una irreparable pérdida.
Nuestra eficiente policía llegó al lugar en 60 segundos después de ser advertidos con una llamada, detuvieron al hombre y detuvieron la masacre... el resto del día fue un caos de incertidumbre y tragedia... Quién fue? Porqué hizo esto? Quiénes son las víctimas? Dónde están los heridos??...
El día siguiente Annapolis amancio dolido y entristecido, pero más fuerte y unido que nunca, entendimos que este odio sólo cabe en la mente de alguien enfermo que felizmente ya está en manos de la policía... pero la pena marca y duele; 5 hermosas vidas fueron tomadas, 5 valiosos profesionales, padres de familia han dejado hijos nietos, hermanos, amigos y a una comunidad conmovida. 
Annapolis ha perdido 5 personas buenas, como la mayoría de los que vivimos aquí, injustamente y sin sentido nuestra querida comunidad llora la pérdida de éstos periodistas que aportan a nuestra ciudad su sabiduría y su cariño a Annapolis, ellos estaban presentes en los juegos de nuestros hijos en el colegio, en los eventos importantes de la ciudad para comunicar y unirnos como comunidad, éste no es un periódico amarillista o politiquero, éste es nuestro periódico de la familia, y todos como familia estamos dolidos por su pérdida.
Mi corazón llora por ti Annapolis y por el Capitol Gazette, que nunca nos vuelvan a quitar nuestra paz y tranquilidad, nuestra rutina de respeto y camaradería, que vuelva a flamear nuestra bandera en las casa de la bahía, que volvamos a nuestros Domingos de partidos de los niños o almuerzos con cangrejos, que sigamos siendo esa comunidad amiga y amable, que el terror no nos quite la ilusión de ver el sunset en el mar y que sigamos siendo la hermosa comunidad  de casi 40 mil personas que hacemos de "Naptown" una ciudad tranquila pero fuerte.
Natalia.




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