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jueves, 4 de junio de 2020

“La Cartera y el Sombrero”

cartera y sombrero

Ayer les dije al sombrero y a la cartera que estaban en el fondo de mi closset: 
-“Niñas, arréglense, basta ya de depresión, nos vamos a la calle.”
Me miraron como si estuviera loca.
- “Nos quiere matar”, pensó mi sombrero.
- “Que irresponsable”, me dijo la cartera. 
Las ignoré, las saqué por la fuerza y nos fuimos... 
Sí, con cuidadito, mirando bien a los costados y sin tropezar con nadie pero al fin salimos del encierro.
Ya sentadas en el auto seguían criticándome y refunfuñando entre dientes, las veía discutir por el espejo retrovisor, pero les puse su canción favorita y le subí todo el volumen a la radio del carro y de pronto el sombrero empezó a bailar y la cartera se empezó a reír....
 Cantamos! A todo Pulmón!
Ya llevaban meses en casa mirando las noticias todo el día, compartiendo información en internet que cada día, por cierto, es diferente, lavándose las manos 50 veces al día, limpiando todo lo que encuentran en su paso, sin peinarse y en pijamas... ayer pensé: “Esto no es vida.”
Manejé sin rumbo mientras cantábamos y disfrutamos del paisaje y vi como el viento por la ventana del auto soplaba su brisa en la cartera y los rayos del sol tocaban tiernamente a mi sombrero. Fue maravilloso ver como se les olvidó, por unos minutos, que el mundo sufre, lo olvidaron no por egoísmo o indiferencia, lo olvidaron porque, por unos momentos, volvieron a concentrarse en “vivir”, nos hacía falta “VIVIR”. 
Al cabo de un rato, sentí remordimientos y me dije: “Deberíamos volver a casa y no exponernos más”, pero volví a ver el espejo retrovisor y mi cartera y mi sombrero seguían felices, cantando y hasta haciendo coreografías, la estaban pasando genial, no las había visto así desde hace muchísimo... me dio pena amargarles el rato así que las llevé a tomar un juguito y luego vimos el atardecer desde el auto.
Llegamos agotadas a casa, tuve que cargar en brazos a ambas ya dormidas, cada una con una sonrisa en los labios.
Hoy amanecieron alegres y risueñas; con ganas de leer, de arreglarse y de cocinar un postre.
Hemos acordado que al menos una vez a la semana y con los cuidados necesarios, vamos a planear una salida como la de ayer, cada día esperamos ansiosas el día pactado para salir de nuestro encierro y “vivir”.
Mi sombrero y mi cartera entendieron que un alma deprimida contagia a otra y a otra.... y así susesivamente, nos convertimos en un mundo deprimido y con las defensas bajas en donde más enfermedades físicas y del corazón nos pueden atacar.
Contagiémonos mejor, de sonrisas y alegrías aún en medio de la desgracia, MÁS AÚN en medio de la desgracia.
La cartera, el sombreo y yo dimos ayer una vueltita por el perejil, olvidando por unos momentos, que hay pandemia, que hay racismo, que existe el odio, que hay injusticias... Olvidamos no porque no nos importe, pero por que necesitábamos recordar quienes somos nosotras? Y cómo podemos ayudar a nuestro mundo?
Somos una simple cartera, un simple sombreo y yo una simple “yo” y podemos ayudar en medio de ésta tragedia con lo mejor que tenemos para ofrecer: 
Nuestra voz, nuestra sonrisa y nuestra alegría. 
Aveces creo que es insignificante pero luego me doy cuenta que EL MUNDO no podría vivir sin nosotras.
Si alguien nos ve cantar, reír y bailar en la calle,
DÉJENNOS!!
        Estamos trabajando por un mejor mundo!

Xo: Natalia.

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Mi pequeño Disclaimer:

“Con este pequeño post trato de dar un recordatorio para que todos nos cuidemos espiritual y mentalmente durante éstos tiempos difíciles, hacer cosas simples como bailar en casa o dar una caminata al aire libre (tomando las precauciones del caso) pueden ayudar inmensamente a sentirnos mejor y hace grandes cambios en nosotros y en nuestro mundo.”

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natalia
 
 
“Magic happens when you don’t give up even though you want to... 
The Universe always falls in love with a stubborn heart” ❤️

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